Sofreir bastante cantidad de cebolla, con varios ajos enteros al gusto y aceite al flote, y algo de sal y pimienta. Al poco se añaden patatas al gusto. Con el horno caliente, echamos todo a modo de cama en la fuente del horno, y ponemos encima un rodaballo espalda abajo, entero y limpio, con 3 o 4 rodajas de limón en los huecos, y sal gorda y pimienta roja.
Se le puede añadir albahaca en pequeña dosis y picada muy fina, y aunque a mí no me gusta, no le hará mal una pizca -muy poco- de salsa de soja de calidad, en la fuente y no encima del pez. Si se deja unos minutos en el horno para que tueste algo la pimienta y vaya haciéndose todo, al poco se puede abrir el horno y regar por encima con abundante vino blanco, entremezclando un golpe de coñac encima del pez.
La temperatura de unos 180 grados, y el tiempo el que dicte la experiencia y el desgajamiento de la boca del pez por el calor, aunque no pasa nada por ir abriendo el horno de vez en cuando y pinchando, hasta que se coja buen tino.
Se le puede añadir mucha cosa, pero francamente
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viernes, 1 de mayo de 2009
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