Pelamos las cebollas y las patatas.
Cortamos las patatas en cuadrados como un dado de grande y las ponemos a freír en aceite. Mientras tanto cortamos las cebollas en juliana y las ponemos a dorar en otra sartén con un chorrito de aceite.
Cuando cojan un color dorado le añadimos 2 buenas cucharadas de azúcar y ponemos el fuego a bajo-medio y removemos con una cuchara de madera. (Ojo: el azúcar se quema rápido por lo que tenemos que remover de vez en cuando). El tiempo depende de los fuegos y sartenes por lo que dejar que coja algo de espesor, pero con líquido (caramelo), retirar a un plato y meter en congelador para que se enfríe y coja cuerpo. Mientras tanto retiramos la patata del aceite y en la sartén de la cebolla ponemos las patatas y añadimos la cebolla (después de unos 6 minutos en el congelador). Le damos un par de vueltas para que mezcle bien (fuego medio).
Mientras tanto batimos 4 huevos bien fuerte en una fuente, dónde añadiremos la mezcla, removeremos bien y mientras tanto calentamos una sartén con un chorrito de aceite para hacer la tortilla
(es recomendable siempre utilizar una misma sartén para hacer las tortillas y siempre utilizar utensilios de madera para que no se ralle).
Yo recomiendo tortillas de unos 20cm de diámetro.
Ponemos la mezcla, 1 minuto y medio por cada lado utilizando un plato para darle la vuelta y retiramos.