Esta receta se solía hacer en el campo para poder llevar de vianda sardinas cuando se cortaba y recogía la hierba. En junio están las hojas de parra en su momento perfecto pues conviene que sean tiernas, de las que todavía no están verde oscuro, para poder comerlas.
Se ponen en el fondo de una cazuela de barro las hojas de parra cubriendo el fondo por entero y que suban para cubrir tambien las paredes. Sobre ellas se pone una capa de cebolla en rodajas y después otra de sardinas ya limpias y saladas, y otra de hojas de parra. Esto se puede repetir varias veces o no, según se quiera, pero siempre se cubre al final con hojas de parra. Se echa por encima de todo un chorrito de aceite de oliva, se tapa bien y se pone a fuego lento. Estará hecho cuando se vean las hojas con un color marrón clarito, tardan poco.