Lo primero es comprar la mejor carne posible, pero lo más importante es la manera de hacerlo.
Ponemos una sartén o parrilla a fuego fuerte (sin aceite), añadimos un poco de sal fina a la carne y cuando la sartén esté muy caliente metemos la carne, doramos un lado y luego el otro. Dependiendo del punto que busquemos podemos bajar el fuego cuando estén doradas ambas caras. Al retirarlo le añadimos una buena sal y listo.
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