Son muchos los que creen que el arte de trinchar bien es extremadamente difícil, pero todas sus dificultades tienen su origen en la mala costumbre de no empezar el aprendizaje por la primera lección. Intentan trinchar un ave sin tener la menor noción de su anatomía, o cortar en lonjas un pedazo de carne sin conocer la dirección de las fibras, ni saber dónde están las articulaciones (...) Carmen de Burgos, ¿Quiere usted comer bien?
sábado, 3 de enero de 2009
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